Quizá ha llegado a tus oidos que alguien, a quien admirabas, ha caído en pecado.
Tal vez, te han asombrado los defectos de alguien de tu familia o de tu comunidad.
No te asombres, ni te escandalices por la fragilidad de tu hermano, pues Dios no se escandaliza de la tuya, ni deja de amarte cuando caes.
El ecandalizarse por las faltas del hermano y comentarlo con otros, ya es signo de una gran inmadurez espiritual.
Dale a ese hermano tu amor, tu perdón y también, es el momento y del modo oportuno, la corrección... Entonces, Dios tendrá misericordia de tu fragilidad y te ofrecerá la gracia de una más profunda conversión.
2 Corintios 13, 3-4: Crito... no se muestra débil con ustedes, sino que, más bien, actúa con poder. Si bien su debilidad lo llevó a la cruz, ahora vive por la fuerza de Dios. Así también nosotros compartirmos su debilidad, pero viviremos con él por el poder de Dios que actúa en ustedes.