Emociones verdaderas
Cuentan que en China un hombre ya
anciano decidió regresar al lugar donde había nacido y del que salió siendo muy
joven. En el camino se unió a un grupo de viajeros que seguían la misma ruta y
les explicó su deseo de volver a la tierra que lo vio nacer.
Después de varias monótonas
jornadas, aquellos hombres decidieron divertirse a costa del viejo.
-Mira, anciano, estamos llegando a
la tierra de tus antepasados, esas montañas que vemos las contemplaron tus ojos
cuando eras niño.
El viejo, a pesar de no recordar
nada, se sintió dichoso de ver aquellas cumbres. Horas después llegaron a unas
casas en ruinas.
-Mira, anciano, seguro que entre
estas piedras jugaste en tu infancia.
El viejo, al ver aquel pueblo
abandonado, no pudo dejar de emocionarse. Al rato, llegaron a un olvidado
cementerio.
-Mira esas tumbas -le dijeron,
continuando la broma-. Aquí con seguridad están enterrados tus padres, y los
padres de tus padres.
Al oír estas palabras, el anciano no
pudo contener la emoción, y estalló en lágrimas. Arrodillado frente a aquellas
tumbas, a aquel viejo le venían a la memoria mil y un recuerdos de su niñez, le
inundaban el corazón viejas y añoradas sensaciones, la nostalgia invadía su
alma con un caudal de emociones. Pero viendo aquella escena, los viajeros se compadecieron
del anciano y acordaron contarle la verdad.
-Sentimos decirte esto, pero la
verdad es que queda aún mucho camino hasta que lleguemos a la patria de tus
antepasados. Decidimos gastarte esta broma sólo por entretenernos. Te rogamos
aceptes nuestras disculpas. El anciano se levantó en silencio, recogió sus
cosas y reemprendió el camino. Llegada la noche, y ante el mutismo del viejo, sus
compañeros de viaje volvieron a expresarle su pesar por la broma.
-Apreciado amigo, tu silencio nos
produce hondo pesar, volvemos a pedirte perdón por nuestra conducta.
-Mi silencio nada tiene que ver con
vuestra conducta que ya he olvidado
-contestó el anciano-, se debe a que
no he encontrado respuesta a una pregunta que me atormenta: ¿Cómo es posible
que haya emociones verdaderas cuando éstas provienen de hecho falsos?
Fuente: Los 120 mejores Cuentos de Oriente. Ramiro Calle