viernes, 24 de enero de 2014

Una historia para pensar la vida

Dicen que una vez, había un ciego sentado en la vereda, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que tenía escrito con tiza blanca: "POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO"

Un creativo de publicidad que pasó frente a él, se detuvo y observó que en la gorra había sólo unas pocas monedas. Sin pedirle permiso dio vuelta el cartel y escribió otro anuncio.

Puso el pedazo de madera en su lugar y se fue. Por la tarde volvió a pasar frente al ciego y su gorra estaba llena de billetes y monedas.

El ciego, que reconoció sus pasos le preguntó si había sido él el que había reescrito su cartel y sobre todo, quería saber que había puesto.

El publicista le contestó "Dice lo mismo que decía antes, pero con otras palabras", sonrió y siguió su camino.

El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía: "ESTAMOS EN PRIMAVERA, Y YO NO PUEDO VERLA"!

Anónimo
Fábula del colibrí

Aquel día hubo un gran incendio en la selva. Todos los animales huían despavoridos. En mitad de la confusión, un pequeño colibrí empezó a volar en dirección contraria a todos los demás. Los leones, las jirafas, los elefantes… todos miraban al colibrí asombrados, pensando qué demonios hacía yendo hacia el fuego. Hasta que uno de los animales, por fín, le preguntó: “¿Dónde vas? ¿Estás loco? Tenemos que huir del fuego”. El colibrí le contestó: “En medio de la selva hay un lago, recojo un poco de agua con mi pico y ayudo a apagar el incendio”. 

Asombrado, el otro animal sólo pudo decirle “Estás loco, no va a servir para nada. Tú solo no podrás apagarlo”.

Y el colibrí, seguro de sí mismo, respondió: “Es posible, pero yo cumplo con mi parte.”


Fuente: Anónimo.
Para cambiar el mundo

Cuando era joven y libre y mi imaginación no tenía límites... ...Soñaba con cambiar el mundo.

Cuando maduré y me volví más sabio, descubrí que el mundo no cambiaría, así que moderé mis aspiraciones y decidí cambiar únicamente a mi país.

Pero también descubrí que mi país no cambiaría.

Al llegar a mi vejez en un último intento desesperado resolví cambiar únicamente a mi familia y mi trabajo. Pero ellos nunca lo permitieron.

Y ahora, al final de mi vida, ¡De pronto me doy cuenta! Si tan solo me hubiera cambiado primero a mí mismo...

Entonces con mi ejemplo habría cambiado a mi familia y mi trabajo Con su inspiración y aliento, habría podido mejorar a mi país... Y quien sabe, quizá podría haber cambiado ¡incluso el mundo!


Anónimo
Emociones verdaderas

Cuentan que en China un hombre ya anciano decidió regresar al lugar donde había nacido y del que salió siendo muy joven. En el camino se unió a un grupo de viajeros que seguían la misma ruta y les explicó su deseo de volver a la tierra que lo vio nacer.

Después de varias monótonas jornadas, aquellos hombres decidieron divertirse a costa del viejo.

-Mira, anciano, estamos llegando a la tierra de tus antepasados, esas montañas que vemos las contemplaron tus ojos cuando eras niño.

El viejo, a pesar de no recordar nada, se sintió dichoso de ver aquellas cumbres. Horas después llegaron a unas casas en ruinas.

-Mira, anciano, seguro que entre estas piedras jugaste en tu infancia.

El viejo, al ver aquel pueblo abandonado, no pudo dejar de emocionarse. Al rato, llegaron a un olvidado cementerio.

-Mira esas tumbas -le dijeron, continuando la broma-. Aquí con seguridad están enterrados tus padres, y los padres de tus padres.

Al oír estas palabras, el anciano no pudo contener la emoción, y estalló en lágrimas. Arrodillado frente a aquellas tumbas, a aquel viejo le venían a la memoria mil y un recuerdos de su niñez, le inundaban el corazón viejas y añoradas sensaciones, la nostalgia invadía su alma con un caudal de emociones. Pero viendo aquella escena, los viajeros se compadecieron del anciano y acordaron contarle la verdad.

-Sentimos decirte esto, pero la verdad es que queda aún mucho camino hasta que lleguemos a la patria de tus antepasados. Decidimos gastarte esta broma sólo por entretenernos. Te rogamos aceptes nuestras disculpas. El anciano se levantó en silencio, recogió sus cosas y reemprendió el camino. Llegada la noche, y ante el mutismo del viejo, sus compañeros de viaje volvieron a expresarle su pesar por la broma.

-Apreciado amigo, tu silencio nos produce hondo pesar, volvemos a pedirte perdón por nuestra conducta.

-Mi silencio nada tiene que ver con vuestra conducta que ya he olvidado

-contestó el anciano-, se debe a que no he encontrado respuesta a una pregunta que me atormenta: ¿Cómo es posible que haya emociones verdaderas cuando éstas provienen de hecho falsos?


Fuente: Los 120 mejores Cuentos de Oriente. Ramiro Calle
Los deseos de una madre

Llévame al baile hijo que aún no estoy vieja. Quiero lucirme contigo bailando del brazo sujeta.

Llévame al teatro hijo que aún no estoy sorda. Escucharé los preludios contigo a mi cerca.

Llévame a la calle hijo aún tengo buenas piernas para caminar sin rumbo fijo a tú lado no me sentiré vieja.

Invítame a tu casa hijo el domingo en la mañana a compartir tu buena mesa y sentirme acompañada.

Háblame con cariño hijo no me retes ni exaltes, nos gusta como a los niños que nos mimen, y nos sonrían sin desaires.

Festeja mis ocurrencias no critiques mis locuras. Trataré de ser valiente aunque surjan amarguras.

No me alejes de tu lado, no me hables con engaños. Tengo aún mi mente clara, los recuerdos son de antaño.

Ven a verme a casa hijo ya no te pediré nada, solamente tú presencia y contemplar tú linda cara.

No me dejes triste y sola ni me metas a la cama. Los doctores se equivocan el dolor está en el alma.


Anónimo.
Conocí a mamá

Refiere una antigua leyenda que un niño próximo a nacer le dijo a Dios:

- Me vas enviar mañana a la tierra, pero ¿Cómo viviré allá, siendo tan pequeño y débil?

- Entre los muchos ángeles escogí a uno que te espera contestó Dios.

- Pero aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír y eso basta para mi felicidad ¿Podré hacerlo allá?

- Ese ángel te cantara y sonreirá todos los días y te sentirás muy feliz con sus canciones y sonrisas...

- ¿Y cómo entenderé cuando me hable, si no conozco el extraño idioma de los hombres?

- Ese ángel te hablará y te enseñara las palabras más dulces y más tiernas que escuchan los humanos.....

- ¿Qué haré cuando quiera hablar contigo?

- Ese ángel juntará tus pequeñas manos y te enseñará a orar.

- He oído que en la tierra hay hombres malos ¿Quién me defenderá?

- Ese ángel te defenderá, aunque le cueste la vida.

- Pero estaré siempre triste porque no te veré más.

Señor, sin verte me sentiré solo…

- Ese ángel te hablara de mí y te mostrará el camino para volver a mi presencia, le dijo Dios...

En este instante, una inmensa paz reinaba en el cielo.....

No se oían voces terrestres, el niño decía suavemente:

- Dime su nombre, Señor.

Y Dios contesto:

- Ese ángel se llama... “Mamá”

Anónimo
Aprendí y decidí

Después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino buscarlas yo mismo, decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis, decidí ver cada noche como un misterio a resolver, decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.

Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos, aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar, descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera, ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo".

Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida". Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.

Aquel día decidí cambiar tantas cosas... aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar... ahora simplemente duermo para soñar.


Walt Disney
Amistad sin fronteras

Cuentan que esta historia sucedió después de una sangrienta batalla.

- Mi amigo no ha regresado del campo de batalla señor. Solicito permiso para ir a buscarlo…- dijo un soldado a su teniente.

- Permiso negado -replicó el oficial superior- No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto.

El soldado haciendo caso omiso de la prohibición salió y regresó una hora más tarde, mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo. El Teniente estaba furioso.

- ¡Ya le dije que había muerto! Dígame… ¿Merecía la pena ir hasta allá para traer un cadáver?

Y el soldado moribundo respondió: Claro que sí señor. Cuando lo encontré todavía estaba vivo y pudo decirme...

“¡Estaba seguro que vendrías!”

”Amigo es aquel que llega cuando todos se han ido."


Anónimo