viernes, 24 de enero de 2014

Para cambiar el mundo

Cuando era joven y libre y mi imaginación no tenía límites... ...Soñaba con cambiar el mundo.

Cuando maduré y me volví más sabio, descubrí que el mundo no cambiaría, así que moderé mis aspiraciones y decidí cambiar únicamente a mi país.

Pero también descubrí que mi país no cambiaría.

Al llegar a mi vejez en un último intento desesperado resolví cambiar únicamente a mi familia y mi trabajo. Pero ellos nunca lo permitieron.

Y ahora, al final de mi vida, ¡De pronto me doy cuenta! Si tan solo me hubiera cambiado primero a mí mismo...

Entonces con mi ejemplo habría cambiado a mi familia y mi trabajo Con su inspiración y aliento, habría podido mejorar a mi país... Y quien sabe, quizá podría haber cambiado ¡incluso el mundo!


Anónimo

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