martes, 24 de octubre de 2017

12. Monición - Monitor

“Monición” viene del latín “monere”, exhortar, advertir. Fuera del uso litúrgico la palabra tiene un cierto tono peyorativo: “amonestar” es dar un aviso a modo de represión. En la liturgia se llama “monición” a las palabras que se dirigen, no a Dios (eso son “oraciones”), sino a la comunidad, a modo de explicaciones invitaciones.

1.- IMPORTANCIA DEL MONITOR.

El monitor y el comentador: El misal lo describe así: “entre los ministros (entiéndase servidores litúrgicos) que ejercen su oficio fuera del presbiterio está el comentarista (en latín se le llama “commentator”, como también lo hacía el Concilio en SC 29), que es el que hace las explicaciones y da avisos, o mejor, “admoniciones” (queda pobre la traducción con “avisos”), para introducirlos en la celebración y disponerlos a entenderla mejor” (IGMR 68).

Este es un ministerio litúrgico muy antiguo, que normalmente asumía el diácono, actuando de intermediario entre el presidente y la asamblea, y ayudaba a participar en la celebración con las convenientes actitudes interiores y exteriores. El monitor guía con sencillez al pueblo en la celebración.

Tres clases de intervención de un monitor.
·      INDICATIVAS: Señala las posturas corporales, el modo de realizar una procesión.
·      EXHORTATIVAS: Desde qué actitud espiritual podemos cantar un salmo responsorial.
·      EXPLICATIVAS: Ambientar una lectura desde su contexto histórico.

Las moniciones la puede realizar un laico preparado. El monitor ha de iniciar con palabras breves, humanas y espirituales en donde trata de motivar la celebración que comienza, conectarla con la vida, con la fiesta, o las circunstancias específicas del día.

Pistas sencillas sobre el modo de hacerlas:

·      Que las diga la misma persona: para dar unidad al conjunto (el que proclama la lectura no debe ser el que también dice la monición, así distinguiremos la “palabra nuestra” de la “Palabra de Dios”).
·    Las moniciones no se tienen que hacer desde el ambón: el ambón es para la proclamación de la Palabra (IGMR 68 y 272; OLM 33).
·      Es mejor “decirlas” aunque estén escritas: la monición pide una comunicatividad especial.
2.- MONICIONES DE ENTRADA Y ANTES DE LAS LECTURAS.

Monición de entrada: Que motive la celebración que empieza, que esté conectarla con la vida, con la fiesta o las circunstancias especiales del día.

Modos de realizar las moniciones antes de las lecturas:
·      Se puede hacer una en conjunto, si hay unidad entre sí; como en las grandes fiestas o una a cada lectura.
·      Que prepare la escucha, motive la actitud de interés y de “obediencia a la fe”.
·      No debe ser una homilía anticipada o un resumen de la lectura misma.
·      No se trata de adelantar el contenido, sino de preparar la escucha despertar el interés.
·  A veces es útil presentar el contexto histórico de una lectura, de una época, de un profeta o una circunstancia.

El orden de la oración de los fieles será generalmente:
a) Por las necesidades de la Iglesia.
b) Por los que gobiernan el Estado y por la salvación del mundo.
c) Por los oprimidos bajo determinadas dificultades.
d) Por la comunidad local.

Sin embargo, en alguna celebración particular, como en la Confirmación, Matrimonio o Funerales, el orden de las intenciones puede amoldarse mejor a la ocasión. (IGMR 46)

3.- PARA QUE SIRVE EL MONITOR.
·      Para coordinar con el presidente los varios momentos de una celebración.
·      De él depende la belleza, la sencillez y el orden de la celebración.
·      Lleva el ritmo de la celebración, no se adelante ni se retrase.
·    Su servicio a la comunidad requiere un lugar adecuado, visible, delante de todos, no voz anónima, sin subirse al ambón, el ambón es el lugar reservado para el anuncio de la palabra.
·      Que sea un lugar no tan destacado como el ambón o la cede del presidente.
·      La presencia del monitor ayuda a la comunidad a captar dónde está en cada momento de la celebración.
·    Se requiere que esté atento a la celebración y no esté distrayendo a la comunidad, buscando hojas de cantos o moniciones.

Lo más importante de su trabajo lo hace antes de la celebración.
·    Póngase de acuerdo con el presidente antes de la celebración sobre todo lo que se tiene preparado, llevar en orden todo el material.
·      Reparta con tiempo las lecturas y el salmo para que se preparen los lectores.
·      El monitor debe tener una buena formación litúrgica.
·      Un monitor no puede dirigir una celebración si no conoce su estructura.
·      Debe estar bien preparado y presentado ya que está a la vista de la asamblea.
·      Debe recibir de buen modo los comentarios que le hagan después de su participación.
·      No debe desanimarse por las críticas.

4.- CUALIDADES DE UNA BUENA MONICION.
a.    BREVES: Llevar bien preparados sus comentarios, con una sobriedad que los haga asimilables.

b.  CLARAS: Que las palabras sean eficaces, pensadas de antemano, evitando las exageraciones y que digan solamente lo necesario.

c.   DISCRETAS. No hace falta que se hagan todas las posibles, sino las que parezcan más convenientes y que no siempre sean las mismas.

d.   PEDAGOGICAS: Deben producir el efecto deseado, despertar el interés y suscitar un diálogo interior con Dios.

e.   PREPARADAS: Normalmente por escrito y en coordinación con el presidente.

f.  UNIDAD: Es conveniente que las diga la misma persona, para dar una unidad al conjunto de la celebración.

g.  ADECUADAS: Las moniciones que ofrecen las hojas pastorales o los libros las tiene que considerar el monitor y no como un material que tiene que utilizarse a la fuerza.

h.   APOYO: La monición no está llamada a utilizarse siempre.
·    La monición no es un elemento constitutivo de la celebración, sino un subsidio a la misma.
·    La monición debe hacerse únicamente si lo exige o por lo menos lo aconseja.

i.    APROBADAS: Que la monición tenga su aprobación del que preside dándoles un carácter de oficialidad y eclesialidad.

j.   ORIENTADORAS: Las moniciones deben servir para ubicar el texto que se va a leer.

k.   FIELES AL TEXTO: Cada pasaje tiene su propio tono y cada gesto ritual su finalidad.

l.  SENCILLAS: Evitar que la monición invada excesivamente el ambiente celebrativo y convierta la monición en nueva homilía.

m. OPORTUNAS: El monitor debe saber dar los adecuados silencios para una mejor asimilación de la palabra.

n.  BIEN DICHAS: Las moniciones pueden leerse o decirse de memoria.

o.   PUNTUALES: Las moniciones deben estar a tiempo a si como el monitor.


N.B.- El monitor no tiene que leer las lecturas ni viceversa. Hay que distinguir lo que es palabra nuestra y lo que es palabra de Dios.

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