“Monición” viene del latín
“monere”, exhortar, advertir. Fuera del uso litúrgico la palabra tiene un
cierto tono peyorativo: “amonestar” es dar un aviso a modo de represión. En la
liturgia se llama “monición” a las palabras que se dirigen, no a Dios (eso son
“oraciones”), sino a la comunidad, a modo de explicaciones invitaciones.
1.- IMPORTANCIA
DEL MONITOR.
El monitor y el
comentador: El misal lo describe así: “entre los ministros (entiéndase
servidores litúrgicos) que ejercen su oficio fuera del presbiterio está el
comentarista (en latín se le llama “commentator”, como también lo hacía el Concilio
en SC 29), que es el que hace las explicaciones y da avisos, o
mejor, “admoniciones” (queda pobre la traducción con “avisos”),
para introducirlos en la celebración y disponerlos a entenderla mejor” (IGMR 68).
Este es un ministerio litúrgico muy antiguo, que normalmente asumía el
diácono, actuando de intermediario entre el presidente y la asamblea, y ayudaba
a participar en la celebración con las convenientes actitudes interiores y
exteriores. El monitor guía
con sencillez al pueblo en la celebración.
Tres clases de intervención de un monitor.
· INDICATIVAS: Señala las posturas corporales, el modo de
realizar una procesión.
· EXHORTATIVAS: Desde qué actitud espiritual podemos cantar
un salmo responsorial.
· EXPLICATIVAS: Ambientar una lectura desde su contexto
histórico.
Las moniciones la
puede realizar un laico preparado. El monitor ha de iniciar con palabras
breves, humanas y espirituales en donde trata de motivar la celebración que
comienza, conectarla con la vida, con la fiesta, o las circunstancias
específicas del día.
Pistas sencillas sobre el modo de hacerlas:
·
Que
las diga la misma persona: para dar unidad al conjunto (el que proclama la lectura no debe ser el
que también dice la monición, así distinguiremos la “palabra nuestra” de la
“Palabra de Dios”).
· Las
moniciones no se tienen que hacer desde el ambón: el ambón es para
la proclamación de la Palabra (IGMR 68 y 272; OLM 33).
·
Es
mejor “decirlas” aunque estén escritas: la monición pide
una comunicatividad especial.
2.- MONICIONES DE ENTRADA Y ANTES DE LAS LECTURAS.
Monición de entrada: Que motive la
celebración que empieza, que esté conectarla con la vida, con la fiesta o las
circunstancias especiales del día.
Modos de realizar las moniciones antes
de las lecturas:
·
Se puede hacer una
en conjunto, si hay unidad entre sí; como en las grandes fiestas o una a cada
lectura.
·
Que prepare la escucha, motive la actitud de
interés y de “obediencia a la fe”.
· No debe ser una homilía anticipada o un
resumen de la lectura misma.
· No se trata de adelantar el contenido, sino
de preparar la escucha despertar el interés.
· A veces es útil presentar el contexto
histórico de una lectura, de una época, de un profeta o una circunstancia.
El orden de la oración de los fieles será
generalmente:
a) Por las
necesidades de la Iglesia.
b) Por los que
gobiernan el Estado y por la salvación del mundo.
c) Por los oprimidos
bajo determinadas dificultades.
d) Por la comunidad
local.
Sin embargo, en
alguna celebración particular, como en la Confirmación, Matrimonio o Funerales,
el orden de las intenciones puede amoldarse mejor a la ocasión. (IGMR 46)
3.- PARA QUE SIRVE EL MONITOR.
· Para coordinar con el presidente los varios
momentos de una celebración.
· De él depende la belleza, la sencillez y el
orden de la celebración.
· Lleva el ritmo de la celebración, no se
adelante ni se retrase.
· Su servicio a la comunidad requiere un lugar
adecuado, visible, delante de todos, no voz anónima, sin subirse al ambón, el
ambón es el lugar reservado para el anuncio de la palabra.
· Que sea un lugar no tan destacado como el
ambón o la cede del presidente.
· La presencia del monitor ayuda a la comunidad
a captar dónde está en cada momento de la celebración.
· Se requiere que esté atento a la celebración
y no esté distrayendo a la comunidad, buscando hojas de cantos o moniciones.
Lo más importante de su trabajo lo hace antes de la celebración.
· Póngase de acuerdo con el presidente antes de
la celebración sobre todo lo que se tiene preparado, llevar en orden todo el
material.
· Reparta con tiempo las lecturas y el salmo
para que se preparen los lectores.
· El monitor debe tener una buena formación
litúrgica.
· Un monitor no puede dirigir una celebración
si no conoce su estructura.
· Debe estar bien preparado y presentado ya que
está a la vista de la asamblea.
· Debe recibir de buen modo los comentarios que
le hagan después de su participación.
· No debe desanimarse por las críticas.
4.- CUALIDADES DE UNA BUENA MONICION.
a. BREVES: Llevar bien preparados sus comentarios, con una sobriedad que los haga
asimilables.
b. CLARAS: Que las palabras sean eficaces, pensadas de antemano, evitando las
exageraciones y que digan solamente lo necesario.
c. DISCRETAS. No hace falta que se hagan todas las
posibles, sino las que parezcan más convenientes y que no siempre sean las
mismas.
d. PEDAGOGICAS: Deben producir el efecto deseado, despertar
el interés y suscitar un diálogo interior con Dios.
e. PREPARADAS: Normalmente por escrito y en coordinación
con el presidente.
f. UNIDAD: Es conveniente que las diga la misma persona,
para dar una unidad al conjunto de la celebración.
g. ADECUADAS: Las moniciones que ofrecen las hojas
pastorales o los libros las tiene que considerar el monitor y no como un
material que tiene que utilizarse a la fuerza.
h. APOYO: La monición no está llamada a utilizarse siempre.
· La monición no es un elemento constitutivo de
la celebración, sino un subsidio a la misma.
· La monición debe
hacerse únicamente si lo exige o por lo menos lo aconseja.
i. APROBADAS: Que la monición tenga su aprobación del que
preside dándoles un carácter de oficialidad y eclesialidad.
j. ORIENTADORAS: Las moniciones deben servir para ubicar el
texto que se va a leer.
k. FIELES AL TEXTO: Cada pasaje tiene su propio tono y cada gesto
ritual su finalidad.
l. SENCILLAS: Evitar que la monición invada excesivamente
el ambiente celebrativo y convierta la monición en nueva homilía.
m. OPORTUNAS: El monitor debe saber dar los adecuados
silencios para una mejor asimilación de la palabra.
n. BIEN DICHAS: Las moniciones pueden leerse o decirse de
memoria.
o. PUNTUALES: Las moniciones deben estar a tiempo a si como
el monitor.
N.B.- El monitor no
tiene que leer las lecturas ni viceversa. Hay que distinguir lo que es palabra
nuestra y lo que es palabra de Dios.
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