domingo, 14 de junio de 2020

Lectio Divina Dominical de Corpus Christi (14-06-20)



«Quien come este pan vivirá siempre»

PRIMERA LECTURA: Deuteronomio 8, 2-3. 14b-16ª
SALMO RESPONSORIAL:  Salmo 147, 12-13.14-15.19-20.
SEGUNDA LECTURA: 1 Corintios 10, 16-17

Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo, Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias. Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo. Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros. Amén.

TEXTO BÍBLICO: Juan 6, 51-58 (BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO)

6,51: Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Quien coma de este pan vivirá siempre. El pan que yo doy para la vida del mundo es mi carne.
6,52: Los judíos se pusieron a discutir: ¿Cómo puede éste darnos de comer [su] carne?
6,53: Les contestó Jesús: Les aseguro que, si no comen la carne y beben la sangre del Hijo del Hombre, no tendrán vida en ustedes.
6,54: Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. 
6,55: Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. 
6,56: Quien come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. 
6,57: Como el Padre que me envió vive y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí.
6,58: Éste es el pan bajado del cielo y no es como el que comieron sus padres, y murieron. Quien come este pan vivirá siempre. Palabra del Señor.

 1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.
El Evangelista y Apóstol Juan, pone en boca de Jesús el así llamado: discurso sobre el pan de vida.
El Pan, es alimento, y es necesario para la vida. Pero Jesús hace esto como una comparación con el pan que alimenta momentáneamente y el pan que alimenta para siempre, para la vida eterna.

Aquí Jesús habla del Pan y lo relaciona con su propia carne. Esta parte del texto, se vuelve más sacrificial, y en el contexto de la tradición de la Iglesia, se vuelve más Eucarístico. El sacrificio de Jesús, a través de la Pascua, nos ayuda a poder entender este texto. Es su entrega como el único sacrificio agradable al Padre, unido al memorial de la última cena, en que toma sentido este texto.

No es de culpar a los judíos que aparecen aquí, sin entender el mensaje de Jesús. Realmente sólo después de la experiencia Pascual, es cuando todo lo dicho por el Señor toma otra dimensión.

Ahora no se trata sólo de recibir en la vida la Palabra reveladora de Jesús, sino de hacer un lugar en la propia vida al misterio de su Persona, que quiere alimentarnos. Jesús es Pan de vida no solamente en todo lo que Él hace, sino especialmente en su Iglesia, en el sacramento de la Eucaristía, donde el ámbito comunitario de la unidad de los creyentes, también lo es con Cristo.

Estas palabras de Jesús: “El pan que yo doy para la vida del mundo es mi carne”. Es la cima de la revelación sobre Jesús - Pan – Alimento.  Jesús en su humanidad, se entrega sacrificialmente, por la salvación del mundo entero, en la muerte en cruz. Por eso Él siempre dice “dar su vida” “dar su carne” y lo hace para que todos tengan vida.

Jesús insiste: “Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida en mí y yo en él”. Jesús mismo es el alimento que nos une al Padre. Curiosamente al revés de los alimentos normales que tomamos, de los que extraemos las sustancias nutritivas y los transformamos en nuestra vida, la Eucaristía nos ofrece la vida del que comemos. Nos transformamos en Aquel que nos alimenta y nos unimos así al Padre del cielo. Este nuevo pan, es totalmente completo, no como el maná que comieron los israelitas en el desierto y murieron. El que come de este pan, vivirá para siempre.

Reconstruimos el texto:
1.    ¿A quién dirige su discurso Jesús?
2.    ¿Con qué se compara el mismo Jesús?
3.    ¿Por qué dice que Él es el Pan de Vida?
4.    ¿Cuál es la relación entre el Pan y la carne de Jesús?
5.    ¿Qué sucede con quien come el cuerpo y bebe la sangre del Señor?
6.    ¿Cuál es la relación con quien come el pan y la vida para siempre?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:
1.    Jesús comienza su discurso diciendo: “Yo soy”, ¿reconozco en Jesús al Dios único y verdadero, el mismo que habló desde el principio?
2.    ¿Entiendo que Jesús vino con una encomienda especial de Dios Padre, que todos tuviéramos vida?
3.    ¿Entiendo que la Iglesia, siguiendo la tradición desde los primeros discípulos, continúa ofreciendo el sacrificio Eucarístico para mi salvación?
4.    ¿Doy la importancia necesaria al Sacrificio del Señor? ¿Comulgo con frecuencia? ¿Lo hago con toda la conciencia?
5.    Jesús habla de comer el Pan de Vida, y que esto trae consecuencias para la vida eterna. ¿Soy consciente que juego mi eternidad a través de este cumplimiento?
6.    ¿Espero gozoso la resurrección del último día por la participación de la Eucaristía?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:

Gracias Señor por tu Palabra Salvadora. Gracias por venir a darnos tu cuerpo y tu sangre como el Pan de Vida Eterna. Queremos estar unidos a ti.

Te invito que, junto con toda la Iglesia, recitemos este antiguo himno, que en el original en latín se dice Adorote Devote:

Te Adoro con Devoción

Te adoro con devoción,
Dios escondido,
oculto verdaderamente
bajo estas apariencias.
A ti se somete mi corazón
por completo, y se rinde
totalmente al contemplarte.

Al juzgar de ti se equivocan
la vista, el tacto, el gusto,
pero basta con el oído
para creer con firmeza;
creo todo lo que ha
dicho el Hijo de Dios;
nada es más verdadero
que esta palabra de verdad.

En la cruz se escondía
sólo la divinidad,
pero aquí también
se esconde la humanidad;
creo y confieso ambas cosas,
y pido lo que pidió
el ladrón arrepentido.

No veo las llagas
como las vio Tomás,
pero confieso
que eres mi Dios;
haz que yo crea
más y más en ti,
que en ti espere,
y que te amé.

¡Oh memorial de la
muerte del Señor!
Pan vivo que das
vida al hombre;
concede a mi alma
que de ti viva,
y que siempre
saboree tu dulzura.

Señor Jesús,
bondadoso pelícano,
límpiame, a mí,
inmundo, con tu sangre,
de la que una sola gota
puede liberar
de todos los crímenes
al mundo entero.

Jesús, a quien ahora
veo oculto,
te ruego que se cumpla
lo que tanto ansío:
que al mirar tu rostro
ya no oculto,
sea yo feliz viendo tu gloria. Amén.


Y que seamos nosotros los que continuemos con tu Historia de Salvación.

Hacemos un momento de silencio para responder al Señor y demos gracias porque nos llena de alegría.

Añadimos nuestras intenciones de oración.

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

«Quien come este pan vivirá siempre» (Versículos 58)

Y de esta forma nos ponemos en contemplación, repitiendo y agradeciendo a Jesús que venga.


5.- ACCIÓN: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

Si estoy solo, me propongo profundizar en la lectura del texto. ¿Qué cambiará en mi vida? Te propongo participar con mucha profundidad de una celebración eucarística. Y tal vez, pueda invitar a alguna persona que, aun conociendo al Señor, esté pasando por un momento de necesidad necesite de un aliento para ir a orar contigo y alimentarse del Señor.

En el grupo. Reconocer cuáles son los impedimentos que tenemos y que ponemos para participar en la celebración eucarística dominical. Pues muchos son católicos, pero no van a la celebración comunitaria. Proponerse superarlas. Y como se trata de alimentos, ver la forma de conseguir alimentos para gente que esté necesitada y poder llevarlos, recordándoles siempre que el verdadero alimento es Jesús el Señor.

Lectio Divina Dominical de la Santísima Trinidad Ciclo A (07-06-20)


«El que cree en él no es juzgado»

PRIMERA LECTURA: Éxodo 34, 4b- 6.8-9
SALMO RESPONSORIAL: Salmo Daniel 3, 52-56
SEGUNDA LECTURA: 2 Corintios 13,11-13

Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros. Amén.

TEXTO BÍBLICO: Juan 3, 16-18

 3,16: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que quien crea en él no muera, sino tenga vida eterna. 3,17: Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él.
  3,18: El que cree en él no es juzgado; el que no cree ya está juzgado, por no creer en el Hijo único de Dios.

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.
San Juan, nos presenta este texto tan importante que es como un resumen de lo que él mismo ha vivido con Jesús. Recordemos que Juan mismo en su primera carta en el capítulo 4 versículo 8 dice claramente la definición de Dios: “Dios es amor”.

Por lo tanto, la teología presente del evangelista Juan, que escribió alrededor de los años noventa de nuestra era, cuando ya Juan y las comunidades de discípulos han reflexionado bastantes años sobre el misterio de Jesús, el Cristo, llegan a la síntesis clara sobre el amor de Dios y Dios que es amor.

Juan hace en medio de su Evangelio, toda la síntesis del mismo, El amor de Dios es tan grande, que envía a su único Hijo para salvar a toda la humanidad que había caído en la desgracia.  Esa desgracia del pecado y su consecuencia la muerte, ya han sido vencidas por quien venció al mundo, y venció la muerte. Esta es la victoria que trae para todos los que creen en Él: ofrecer la vida inmortal y para siempre.

La conjugación de los verbos de parte de Juan es muy curiosa, dice para que el mundo se salve por medio de Él. Es decir, deja también la voluntad a las personas de creer en Jesús, el Cristo, el Señor.
La propuesta de Juan es simple, hay que creer en el Hijo de Dios. Hay que creerle a Él, no sólo decir de labios para afuera que Jesús es el Mesías, el enviado… etc. Si no creerle a Él y a sus mandamientos de amor, para poder recibir la salvación y la vida eterna.

Encontré un cuadro que puede ilustrar muy bien, aunque con otra traducción de la Biblia, pero nos ayudará a entender más palabra por palabra, lo que Juan dice en esta síntesis. Se trata de Dios, que es uno en la divinidad y trinitario en sus personas.


 Reconstruimos el texto:
1.    ¿Cómo comienza el texto?
2.    ¿Qué dice Juan, cuál es la actitud de Dios Padre para con el mundo?
3.    ¿Qué hizo entonces Dios para salvar al mundo?
4.    ¿Qué es necesario para recibir la salvación?
5.    ¿Qué sucede con los que creen en Jesús?
6.    ¿Qué sucede con los que no creen?
7.    ¿Vino Jesús para juzgar? O ¿cuál fue su misión?
8.    ¿Cómo culmina el texto?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

1.    Muchas veces nos confundimos con la Trinidad, hoy queremos entender este concepto que viene de la Filosofía. ¿Entiendo que Dios, el Padre, ha enviado a su Hijo Único para salvar a todos los que vivimos en este mundo?
2.    ¿Y entre los que vivimos en este mundo, estoy yo? ¿Me doy cuenta?
3.    Si tuviera que poner un porcentaje a mi fe ¿Cuánto me pondría?
4.    ¿Me doy cuenta que de mi fe nace una esperanza para la vida eterna?
5.    ¿Es la fe para mí un adorno cultural? ¿O es un motivo de vida permanente, que me impulsa a seguir creciendo?
6.    ¿Qué significaría en este caso tener vida? ¿No morir?
7.    ¿Qué espero del Juicio del Señor?
8.    ¿El creer, cambia mi vida?


3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:

Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
Oremos con el texto de Daniel propuesto para este domingo:
  3,52: Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, a ti gloria y alabanza eternamente.
  Bendito sea tu Nombre, santo y glorioso, a él gloria y alabanza eternamente.
  3,53: líbranos, con tu poder maravilloso, y da gloria a tu Nombre, Señor.
  3,53: Bendito seas en el templo de tu santa gloria, a ti gloria y alabanza eternamente.
  3,54: Bendito seas en tu trono real, a ti gloria y alabanza eternamente.
  3,54: Sean humillados los que nos maltratan, queden confundidos, pierdan el mando,
   sea destruido su poder
  3,55: Bendito cuando cabalgas sobre querubines penetrando los abismos, a ti gloria y alabanza  eternamente.
  3,55: y sepan que tú, Señor, eres el Dios único glorioso, en toda la tierra.
  3,56: Bendito seas en el firmamento del cielo, a ti gloria y alabanza eternamente.
  3,57: Criaturas todas del Señor, bendigan al Señor, canten en su honor eternamente. -Amén-

Y que seamos nosotros los que continuemos con tu Historia de Salvación.

Hacemos un momento de silencio para responder al Señor y demos gracias porque nos llena de alegría.

Añadimos nuestras intenciones de oración.

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

«El que cree en él no es juzgado» (Versículos 18)

Y de esta forma nos ponemos en contemplación, repitiendo y agradeciendo a Jesús que venga.

5.- ACCIÓN: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Si estoy solo, vuelvo a leer el texto, busco el interior de las palabras que son dadas para mí. Escribe tu compromiso misionero. Ve a llevarle este mensaje a alguien que lo necesita.

En el grupo. Es importante descubrir con el grupo la acción de Dios para con todos nosotros. No proponemos ser misioneros de Dios que vino a liberarnos del pecado con su amor. Vamos a ir a llevar a Jesús para que lo conozcan otros que aún no lo conocen.