domingo, 14 de junio de 2020

Lectio Divina Dominical de la Santísima Trinidad Ciclo A (07-06-20)


«El que cree en él no es juzgado»

PRIMERA LECTURA: Éxodo 34, 4b- 6.8-9
SALMO RESPONSORIAL: Salmo Daniel 3, 52-56
SEGUNDA LECTURA: 2 Corintios 13,11-13

Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros. Amén.

TEXTO BÍBLICO: Juan 3, 16-18

 3,16: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que quien crea en él no muera, sino tenga vida eterna. 3,17: Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él.
  3,18: El que cree en él no es juzgado; el que no cree ya está juzgado, por no creer en el Hijo único de Dios.

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.
San Juan, nos presenta este texto tan importante que es como un resumen de lo que él mismo ha vivido con Jesús. Recordemos que Juan mismo en su primera carta en el capítulo 4 versículo 8 dice claramente la definición de Dios: “Dios es amor”.

Por lo tanto, la teología presente del evangelista Juan, que escribió alrededor de los años noventa de nuestra era, cuando ya Juan y las comunidades de discípulos han reflexionado bastantes años sobre el misterio de Jesús, el Cristo, llegan a la síntesis clara sobre el amor de Dios y Dios que es amor.

Juan hace en medio de su Evangelio, toda la síntesis del mismo, El amor de Dios es tan grande, que envía a su único Hijo para salvar a toda la humanidad que había caído en la desgracia.  Esa desgracia del pecado y su consecuencia la muerte, ya han sido vencidas por quien venció al mundo, y venció la muerte. Esta es la victoria que trae para todos los que creen en Él: ofrecer la vida inmortal y para siempre.

La conjugación de los verbos de parte de Juan es muy curiosa, dice para que el mundo se salve por medio de Él. Es decir, deja también la voluntad a las personas de creer en Jesús, el Cristo, el Señor.
La propuesta de Juan es simple, hay que creer en el Hijo de Dios. Hay que creerle a Él, no sólo decir de labios para afuera que Jesús es el Mesías, el enviado… etc. Si no creerle a Él y a sus mandamientos de amor, para poder recibir la salvación y la vida eterna.

Encontré un cuadro que puede ilustrar muy bien, aunque con otra traducción de la Biblia, pero nos ayudará a entender más palabra por palabra, lo que Juan dice en esta síntesis. Se trata de Dios, que es uno en la divinidad y trinitario en sus personas.


 Reconstruimos el texto:
1.    ¿Cómo comienza el texto?
2.    ¿Qué dice Juan, cuál es la actitud de Dios Padre para con el mundo?
3.    ¿Qué hizo entonces Dios para salvar al mundo?
4.    ¿Qué es necesario para recibir la salvación?
5.    ¿Qué sucede con los que creen en Jesús?
6.    ¿Qué sucede con los que no creen?
7.    ¿Vino Jesús para juzgar? O ¿cuál fue su misión?
8.    ¿Cómo culmina el texto?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

1.    Muchas veces nos confundimos con la Trinidad, hoy queremos entender este concepto que viene de la Filosofía. ¿Entiendo que Dios, el Padre, ha enviado a su Hijo Único para salvar a todos los que vivimos en este mundo?
2.    ¿Y entre los que vivimos en este mundo, estoy yo? ¿Me doy cuenta?
3.    Si tuviera que poner un porcentaje a mi fe ¿Cuánto me pondría?
4.    ¿Me doy cuenta que de mi fe nace una esperanza para la vida eterna?
5.    ¿Es la fe para mí un adorno cultural? ¿O es un motivo de vida permanente, que me impulsa a seguir creciendo?
6.    ¿Qué significaría en este caso tener vida? ¿No morir?
7.    ¿Qué espero del Juicio del Señor?
8.    ¿El creer, cambia mi vida?


3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:

Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
Oremos con el texto de Daniel propuesto para este domingo:
  3,52: Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, a ti gloria y alabanza eternamente.
  Bendito sea tu Nombre, santo y glorioso, a él gloria y alabanza eternamente.
  3,53: líbranos, con tu poder maravilloso, y da gloria a tu Nombre, Señor.
  3,53: Bendito seas en el templo de tu santa gloria, a ti gloria y alabanza eternamente.
  3,54: Bendito seas en tu trono real, a ti gloria y alabanza eternamente.
  3,54: Sean humillados los que nos maltratan, queden confundidos, pierdan el mando,
   sea destruido su poder
  3,55: Bendito cuando cabalgas sobre querubines penetrando los abismos, a ti gloria y alabanza  eternamente.
  3,55: y sepan que tú, Señor, eres el Dios único glorioso, en toda la tierra.
  3,56: Bendito seas en el firmamento del cielo, a ti gloria y alabanza eternamente.
  3,57: Criaturas todas del Señor, bendigan al Señor, canten en su honor eternamente. -Amén-

Y que seamos nosotros los que continuemos con tu Historia de Salvación.

Hacemos un momento de silencio para responder al Señor y demos gracias porque nos llena de alegría.

Añadimos nuestras intenciones de oración.

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

«El que cree en él no es juzgado» (Versículos 18)

Y de esta forma nos ponemos en contemplación, repitiendo y agradeciendo a Jesús que venga.

5.- ACCIÓN: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Si estoy solo, vuelvo a leer el texto, busco el interior de las palabras que son dadas para mí. Escribe tu compromiso misionero. Ve a llevarle este mensaje a alguien que lo necesita.

En el grupo. Es importante descubrir con el grupo la acción de Dios para con todos nosotros. No proponemos ser misioneros de Dios que vino a liberarnos del pecado con su amor. Vamos a ir a llevar a Jesús para que lo conozcan otros que aún no lo conocen.


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