sábado, 9 de mayo de 2020

Lectio Divina Dominical V de Pascua Ciclo A (10-05-20)


«Yo soy el camino, la verdad y la vida»


PRIMERA LECTURA: Hechos 6, 1-7
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 32, 1-2.4-5.18-19
SEGUNDA LECTURA: 1 Pedro 2, 4-9

Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo, Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias. Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo. Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros. Amén.

TEXTO BÍBLICO: Juan 14, 1-12

14,1: No se inquieten. Crean en Dios y crean en mí. 
14,2: En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho, porque voy a prepararles un lugar.
14,3: Cuando haya ido y les tenga preparado un lugar, volveré para llevarlos conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. 
14,4: Ya conocen el camino para ir a donde [yo] voy.
14,5: Le dice Tomás: Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos conocer el camino?
14,6: Le dice Jesús: Yo soy el camino, la verdad y la vida: nadie va al Padre si no es por mí.
14,7: Si me conocieran a mí, conocerían también al Padre. En realidad, ya lo conocen y lo han visto. 14,8: Le dice Felipe: Señor, enséñanos al Padre y nos basta.
14,9: Le responde Jesús: Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes ¿y todavía no me conocen? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre: ¿cómo pides que te enseñe al Padre? 
14,10: ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Las palabras que yo les digo no las digo por mi cuenta; el Padre que está en mí es el que hace las obras.
14,11: Créanme que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí; si no, créanlo por las mismas obras. 
14,12: Les aseguro: quien cree en mí hará las obras que yo hago, e incluso otras mayores, porque yo voy al Padre. Palabra del Señor.

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.

El evangelista Juan toma un tema muy importante en su teología, que luego se difunde y se universaliza. Cuando Dios se presentó a Moisés en la zarza ardiente, éste le preguntó su nombre y Dios dijo: YO SOY. El verbo ser, en magnitud total. Dios es el que es, el viviente por siempre y para siempre. El no creado, sino fuente de vida para todos los demás. No hace falta conocer tanto de filosofía para darse cuenta que aún los científicos modernos pueden determinar una fórmula en la que quedan ciegos. El momento cero antes de todo y cuando no había nada. Y de esa “nada” comienza la creación. Este mismo ser, el que no se puede medir, no se puede pesar, ni comparar con nada de nuestros criterios, es el YO SOY.

Por eso mismo, uniendo esta verdad absoluta de Dios como fuente creadora de todo, y en el YO SOY, Juan, pone en labios del mismo Jesús esta frase: YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.

Pero para eso, antes dice “crean en Dios y crean en Mí”. Es una insistencia en el creer, que tiene su razón final en la salvación. Pues el que cree en Jesús, también cree en el Padre que lo envió. Tal vez es revolucionario para un judío de la época, que veía a un hombre, Jesús de Nazareth, creer que había salido de Dios y era Dios, cuando Dios es sólo uno (Ver: Dt 6,4).

Este texto puesto en el tiempo pascual, es para recordarnos que Jesús al subir al Padre, les ofrece a sus discípulos la confianza que no los abandona, sino que va a prepararles un lugar y que volverá para llevarlos consigo a la casa del Padre. Es motivo de nuestra esperanza. No estamos solos Él viene caminando con nosotros en el camino de la Iglesia y vendrá de una manera gloriosa por todos nosotros en el fin de los tiempos, como dice el texto, en el último día.

Y cuando Jesús dice: YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, es la fórmula de revelación más elevada del misterio de Cristo. Jesús, es el camino, justamente porque Él es la verdad y en Él reside la vida. La meta por lo tanto no es Jesús como verdad, sino que, a través suyo, llegamos al Padre. La función de Jesús es mediadora, como un camino y puente hacia el Padre, y conociéndolo a Él, permanecemos en la verdad y en Él tenemos la vida, pero también la vida eterna.

Puede ser un lenguaje difícil de entender y por eso Felipe insiste que le muestre al Padre, pero para ver al Padre, es necesario entender la Unión recíproca y sustancial entre el Padre y el Hijo. Conociendo a Jesús y viviendo con Jesús, hay una mirada hacia la eternidad, por eso Él es el camino. Hay que creer en Jesús y creerle a Jesús… Si nuestra fe se muestra fuerte, entonces podremos continuar con la obra que Él nos ha mandado.

La Iglesia, es la extensión visible de la obra de Jesús, el Cristo, el Mesías, el que es Camino, Verdad y Vida.

Reconstruimos el texto:

1.    ¿Cómo comienza el texto? ¿Qué es lo que dice Jesús a sus discípulos?
2.    ¿Cómo compara Jesús a la dimensión de la Eternidad? ¿Qué irá a hacer Jesús?
3.    ¿Quién es el discípulo que le dice que no sabe a dónde va?
4.    ¿Cuál es la respuesta de Jesús? ¿Qué es lo esencial en el texto?
5.    ¿A quién podemos ver si vemos a Jesús? ¿Qué relación tiene Jesús con el Padre?
6.    ¿Cómo termina el texto, a qué invita Jesús?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

1.    Nuestra vida también nos presenta inquietudes ¿podemos distinguir cuáles son las inquietudes que tenemos? ¿Estas inquietudes serán de alguna manera son por la falta de fe?
2.    Muchos creen en Dios, pero no le creen a Dios. Es decir, saber que Dios existe, pero no cumplir con sus mandatos. ¿Eres tú uno de esos?
3.    ¿Qué significan cada una de estas afirmaciones de Jesús: Yo soy el Camino, yo soy la verdad, yo soy la vida? ¿Cómo puedo distinguirlas y cómo puedo vivirlas?
4.    ¿Cómo entiendo esto de que “quien me ve a mí ve a mi Padre”?
5.    ¿A qué me invita hoy el Señor?
6.    ¿Qué pasa si creo en Jesús y le creo verdaderamente? ¿Qué tipo de obras podré hacer?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:

Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
Gracias por mostrarnos tu unidad con el Padre
Gracias por ser el camino, la verdad y la vida.
Que siempre esté atento a Ti, Señor.
En muchas oportunidades, me cuesta entender que debo dar pasos más grandes para encontrarte.
Señor, no quiero caminar otro camino que no seas Tú.
Señor, no quiero buscar por otros lados verdades a medias que no seas Tú.
Señor, que la vida que Tú me das, mi vida, esté siempre unida a Ti.
Que no busque vidas diferentes a estar contigo Señor. Amén.

Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Hoy damos gracias por su resurrección y porque nos llena de alegría. Añadimos nuestras intenciones de oración.

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

«Yo soy el camino, la verdad y la vida» (Versículos 6)

Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.

5.- ACCIÓN: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

Si estoy solo, vuelvo a leer el texto, tratando de hacer énfasis en el contexto en que Jesús dijo estas palabras. Intento recordar todo el pasaje y sentir que el Señor me lo está diciendo a mí directamente. En mi vida voy a buscar a alguna persona que por algún motivo yo pueda saber que está fuera del camino, y me propongo ser un discípulo misionero con esta persona. Visitarla, atenderla, ocuparme de sus necesidades e ir presentándole a Cristo, Camino, verdad y vida.

En el grupo, hacer una discusión entre todos de dónde la gente cree que encuentra los caminos, y las verdades y las formas de vida. Luego, distinguirlas con el Evangelio y hacer un proceso para mostrar a toda la comunidad cómo es que muchas veces estamos lejos de cumplir la Palabra de Dios. Como siempre buscar personas necesitadas para ayudarles a encontrar el camino. No se puede ser cristiano de balcón, sino en la ruta.

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