miércoles, 22 de enero de 2014

DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO A  (16-02-14)

I.       RITO DE ENTRADA

Los cristianos sabemos que Dios ha establecido una ley moral sintetizada en los mandamientos. Al hombre moderno la palabra mandamiento le suena a “imposición”. Pero nuestro Dios quiere que cumplamos sus mandatos con convicción, con libertad, con amor.

En este sexto domingo del tiempo ordinario, Jesús nos enseña a profundizar los mandamientos y a vivirlos con alegría, viendo en ellos el camino de la felicidad.

1.    Antífona de entrada.                          Sal 30, 3-4
Sé la roca de mi refugio, Señor, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame.  

2.    Acto penitencial

Ø Porque no nos fiamos de ti. Señor, ten piedad.
Ø Porque confiamos en nosotros mismos. Cristo, ten piedad.
Ø Porque nuestra vida es estéril. Señor, ten piedad.

3.    Gloria: Vamos a alabar, bendecir, glorificar y dar gracias a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, entonando el himno del Gloria.

4.    Oración colecta
Señor, tú que te complaces en habitar en los rectos y sencillos de corazón concédenos vivir por tu gracia de tal manera que merezcamos tenerte siempre con nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.  

II.    LITURGIA DE LA PALABRA

& 5. 1ra. lectura: del libro del Eclesiástico 15, 16-21
“Si quieres, guardarás los mandatos del Señor, porque es prudencia cumplir su voluntad; fuego y agua he puesto ante ti: echa mano a lo que quieras; delante del hombre están muerte y vida: le darán lo que él escoja. Es inmensa la sabiduría del Señor, es grande su poder y lo ve todo; los ojos d Dios ven las acciones, él conoce todas las obras del hombre; a nadie mandó pecar, ni deja sin castigo a los mentirosos”. Palabra de Dios. R. Te  alabamos, Señor.

& 6. Salmo responsorial: 118

R. “Dichoso el que camina en la voluntad del Señor”
Ø Dichoso el que, con vida intachable, camina en la voluntad del Señor; dichoso el que, guardando sus preceptos, lo busca de todo corazón. / R.
Ø Tú promulgas tus decretos para que se observen exactamente. Ojalá esté firme mi camino, para cumplir tus consignas. / R.
Ø Haz bien a tu siervo: viviré y cumpliré tus palabras; ábreme los ojos, y contemplaré las maravillas de tu voluntad. / R.
Ø Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes, y lo seguiré puntualmente; enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. / R.

& 7. 2da. Lectura: de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2, 6-10
“Hermanos: A los que han alcanzado la madurez en su fe, les proponemos un sabiduría que no es de este mundo, ni de los príncipes de este mundo, que quedan desvanecidos, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. Más bien como dice la Escritura: “Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman”. Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu. El Espíritu lo explora todo, incluso las profundidades de Dios”. Palabra de Dios. R. te alabamos, Señor.

8. Aclamación antes del Evangelio: Aleluya, aleluya. “Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has revelado los secretos del reino a la gente sencilla”. R. Aleluya.

& 9. Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 17-37

“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “No crean que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar pleno cumplimiento. Les aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos. Les aseguro: Si no son mejores que los escribas y fariseos, no entrarán en el reino de los cielos. Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será procesado. Pero yo les digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “renegado”, merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con tu adversario, llega a un acuerdo, mientras van de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo. Han oído ustedes el mandamiento “no cometerás adulterio”. Pues yo les digo: El que mira a una mujer con malos deseos, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho te hace caer en pecado, córtatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. Está mandado: “El que se separe de su mujer, que le dé acta de divorcio”. Pues yo les digo: El que se divorcie de su mujer, salvo en caso de unión ilegítima, la expone al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio. Han oído que se dijo a los antiguos. “No jurarás en falso” y “Cumplirás lo que hayas prometido al Señor bajo juramento”. Pues yo les digo que no juren en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro ni un solo cabello. A ustedes les basta decir “sí” o “no”. Lo que pasa de ahí viene del Maligno”. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

10. Plegaria universal: A cada invocación respondemos: “Señor, que tu espíritu guíe nuestros pasos”.
v Por el Papa, los obispos, sacerdotes y laicos; para que caminemos siempre en la Ley del Señor y guardemos sus preceptos, buscándolo día a día, de todo corazón. Roguemos al Señor.
v Por los políticos, juristas, empresarios que tienen en sus manos las decisiones importantes en la marcha de este mundo; para que atiendan las demandas de los más necesitados. Roguemos al Señor.
v Por los enfermos y sus familiares; para que el Señor les dé paciencia en la adversidad, sanen pronto de sus males y su fe se fortalezca con esta experiencia. Roguemos al Señor.
v Por nosotros aquí reunidos como comunidad parroquial; para que reconociendo todo aquello que aún nos ata a este mundo, sepamos romper con ello, y eligiendo la Vida, vivamos siempre alimentados por la Eucaristía y el perdón de Dios. Roguemos al Señor.

III.  LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

11. Oración sobre las ofrendas
Señor, que esta oblación nos purifique y nos renueve, y sea causa de eterna recompensa para los que cumplen tu voluntad. Por Jesucristo nuestro Señor.

 12. Antífona de comunión.                            Sal 77, 29
Comieron y se hartaron, así el Señor satisfizo su avidez. 

13. Oración después de la comunión.

Alimentados con el manjar del cielo te pedimos, Señor, que busquemos siempre las fuentes de donde brota la vida verdadera. Por Jesucristo nuestro Señor.

LECTURAS DE LA SEMANA (Febrero)

Lunes 17: Stgo 1, 1-11; Sal 118; Mc 8, 11-13
Martes 18: Stgo 1,12-18; Sal 93; Mc 8, 13-21
Miércoles 19: Stgo 1, 19-27; Sal 14; Mc 8, 22-26
Jueves 20: Stgo 2, 1-9; Sal 33; Mc 8, 27-33
Viernes 21: Stgo 2, 14-24.26; Sal 111; Mc 8, 34-9,1
Sábado 22: 1 Pe 5, 1-4 Sal 22; Mt 16, 13-18

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