viernes, 28 de febrero de 2014

MIÉRCOLES DE CENIZA - CICLO A  (05-03-14)

                           I. RITO DE ENTRADA

Hoy con el rito de la imposición de ceniza comenzamos el camino hacia la pascua. A este camino lo llamamos Cuaresma. Cinco semanas de gozosa penitencia para revisar nuestra vida, dejarnos iluminar por la Palabra de Dios y zambullirnos en la misericordia del Padre.  

El color litúrgico es el morado. Color que nos recuerda la austeridad de este tiempo. Por la misma razón no cantaremos el Gloria ni el aleluya que retornarán solemnemente en la vigilia Pascual. 

1. Antífona de entrada.       Sb 11, 24-25.27
Te compadeces  de todos, Señor, y no odias nada de lo que has hecho; cierras los ojos a los pecados de los hombres para que se arrepientan y los perdones, porque tú eres nuestro Dios y Señor.  

2. Acto penitencial (Se omite, por la imposición de cenizas, que será después de la homilía)

3. Gloria: (No se dice el gloria).

4. Oración colecta
Al celebrar un año más la santa Cuaresma, concédenos, Dios todopoderoso, avanzar en la inteligencia del misterio de Cristo y vivirlo en su plenitud. Por nuestro Señor Jesucristo.  

                                 II. LITURGIA DE LA PALABRA

& 5. 1ra. lectura: de la profecía de Joel 2, 12-18
“Ahora –oráculo del Señor- conviértanse a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasguen sus corazones y no sus vestiduras; y conviértanse al Señor, su Dios, porque él es compasivo y misericordioso, lento a la cólera,  rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas”. Quizás se arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda y la libación para el Señor, su Dios. Toquen la trompeta de Sión, proclamen el ayuno, convoquen la asamblea. Congreguen al pueblo, purifiquen a la comunidad, reúnan a los ancianos. Congreguen a los pequeños y niños de pecho. Que el recién casado salga de su alcoba, y la recién casada de su lecho nupcial. Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, digan los ministros del Señor: “Perdona, Señor a tu pueblo; no entregues tu heredad al desprecio, y que las naciones no se burlen de ella. Por qué han de decir los paganos, ¿dónde está su Dios? El Señor sintió añoranza de su tierra, y se compadeció de su pueblo”. Palabra de Dios. R. Te  alabamos, Señor.

& 6. Salmo responsorial: 50

R. “Misericordia, Señor: hemos pecado” 
· Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa. Lava del todo mi delito, limpia mi pecado. / R.
· Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que aborreces. / R.
· Oh, Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrogues lejos de tu rostro, no me quites tu Santo Espíritu. / R.
· Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso. Señor, me abrirás los labios,  y mi boca proclamará tu alabanza. / R.

& 7. 2da. Lectura: de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 20-6,2
“Hermanos: Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo los exhortara por medio de nosotros. En nombre de cristo les pedimos que se reconcilien con Dios. Al que no había pecado Dios le hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos al él, recibamos la justificación de Dios. Y porque somos sus colaboradores, los exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios, porque él dice: “En el tiempo favorable te escuché, y en el día de la salvación vine en tu ayuda”. Pues miren, ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de salvación”. Palabra de Dios. R. te alabamos, Señor.

8. Aclamación antes del Evangelio: “No endurezcan hoy su corazón; escuchen la voz del Señor”. 

& 9. Lectura del santo evangelio según san Mateo 6, 1-6.16-18
“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Tengan cuidado de no practicar  las buenas obras delante de los hombres para ser vistos por ellos; de los contrario, no tendrán recompensa del Padre de ustedes que está en el cielo. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; les aseguro que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando haga limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas,  a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Les aseguro que ya han recibido su recompensa. Tú en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ayunen no pongan cara triste, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su recompensa. Tú en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno no lo note la gente, sino tú Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

10. Bendición e imposición de la ceniza: (Este gesto el sacerdote lo realiza después de la homilía)

Oración:
Oh Dios, que te dejas vencer por el que se humilla y encuentra agrado en quien expía sus pecados, escucha benignamente nuestras súplicas y derrama la gracia + de tu bendición sobre estos siervos tuyos que van a recibir la ceniza, para que, fieles a las prácticas cuaresmales, pueden llegar, con el corazón limpio, a la celebración del misterio pascual de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.

11. Plegaria universal: A cada invocación respondemos: “Dios misericordioso, escúchanos”. 
· En comunión con el Santo Padre te rogamos, Señor, por toda la Iglesia y en particular por los sacerdotes; haz que sean hombres de oración y de profunda vida interior, para despertar, en el corazón de los hombres y mujeres, el hambre de tu Palabra y la nostalgia de tu rostro. Roguemos al Señor. 
· Por todos aquellos que están oprimidos por el pecado y sienten el fracaso de la propia vida, para que no pierdan la esperanza en tu misericordia y la acogida caritativa de la comunidad parroquial. Roguemos al Señor. 
· Mira con bondad, Señor, a muchos de nuestros hermanos que sufren y anhelan la liberación de sus males: haz que en la oración y en el abandono confiado puedan encontrar la verdadera paz que sólo tú puedes dar. Roguemos al Señor. 
· Por nosotros, aquí reunidos como comunidad parroquia; Señor, danos la gracia de una fe segura, que se exprese en una oración humilde y silenciosa, con la certeza de que tú escuchas, más allá de cualquiera de nuestros méritos y deseos. Roguemos al Señor. 

                        III. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

12. Oración sobre las ofrendas
Al ofrecerte este sacrificio que inaugura la Cuaresma, te pedimos, Señor, que nuestras obras de caridad y nuestras penitencias nos ayuden al dominio de nosotros mismos, para que, limpios de pecado, merezcamos, celebrar piadosamente los misterios de la pasión de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

13. Antífona de comunión. Sal 1, 2-3
El que medita la ley del Señor día y noche, da fruto en su corazón.   

14. Oración después de la comunión.
Señor, estos sacramentos que hemos recibido, hagan nuestros ayunos agradables a tus ojos, y obren como remedio saludable de todos nuestros males. Por Jesucristo nuestro Señor.

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