viernes, 22 de agosto de 2025

DOMIN. IV T. O. – LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR - CICLO C – (02-02-2025)

BENDICIÓN Y PROCESIÓN DE LAS CANDELAS

Todos los fieles se reúnen en el atrio del templo. Los fieles tienen en sus manos las velas apagadas. Se espera al sacerdote con sus ministros. Mientras se encienden las candelas se canta: …………………………………….

El sacerdote, terminado el canto, vuelto hacia el pueblo dice: En nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Después saluda, como de costumbre, al pueblo y luego hace una monición introductoria.

Queridos hermanos:

Hace hoy cuarenta días celebramos, llenos de gozo, la fiesta del Nacimiento del Señor. Hoy, es aquel día santo en el cual Jesús es presentado en el templo por María y José para cumplir públicamente con la ley, pero en realidad para encontrarse con el pueblo creyente. Los santos ancianos Simeón y Ana, impulsados por el Espíritu Santo, habían acudido al templo y reconocieron al Señor, iluminados por el mismo Espíritu, y lo proclamaron con alegría. Del mismo modo, congregados también nosotros por el Espíritu Santo, vayamos hacia la casa de Dios al encuentro de Cristo. Lo encontraremos y lo conoceremos en la fracción del pan, hasta que vuelva revestido de gloria.

Después el sacerdote bendice las velas (candelas) 

Oremos: Oh Dios, fuente y origen de toda luz, que manifestaste hoy al justo Simeón luz para alumbrar a las naciones, te rogamos que suplicantes que santifiques estos cirios con tu + bendición; acepta los deseos de tu pueblo que se ha reunido para cantar la alabanza de tu nombre, llevándolos en sus manos, y así merezca llegar, por la senda de las virtudes, a la luz eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

El sacerdote rocía las velas con agua bendita y comienza la procesión, el coro acompaña cantando con un canto apropiado: …………………………...  Luego se continúa con el acto penitencial y gloria.

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MONICIÓN DE ENTRADA:

Hermanos, buenos días: Hoy celebramos la fiesta de la Presentación del Señor, donde Simeón, el anciano profeta, recibe a Jesús niño en el Templo, reconociendo en él al Salvador de su Pueblo y la luz que alumbrará las naciones. 

La Iglesia es el Nuevo Templo que hace posible que descubramos a Cristo y lo podamos reconocer como luz que alumbra a las naciones, como el Sumo Sacerdote fiel, capaz de compadecerse de los hombres, sus hermanos.  

Y con la alegría de haber sido convocados a celebrar el día del Señor. Nos ponemos de pie y uniendo nuestros corazones y nuestras voces iniciamos la celebración eucarística cantando: ………………………………..

ACTO PENITENCIAL Si el sacerdote invita a rezar el Yo pecador; el coro entona después el canto de Ten Piedad; Sino no es así, después de cada intención que lee el monitor, el coro canta, ten piedad)

 

·      Tú eres la luz que brilla en la tiniebla; Señor, ten piedad.

·      Tú eres la luz que alumbra a todo hombre; Cristo, ten piedad.

·      Tú eres la luz que da vida al mundo; Señor, ten piedad.

 

GLORIA:

M: Con alegría, fe, esperanza y sobre todo con amor, glorifiquemos a la Santísima Trinidad: Dios Padre Hijo y Espíritu Santo. Entonando juntos el Himno del Gloria.

LITURGIA DE LA PALABRA

ENTRONIZACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS:

M: Permaneciendo de pie, con actitud humilde nos disponemos para escuchar y acoger en nuestro corazón el mensaje que Dios nos quiere transmitir a través de su Palabra. Acogemos la Palabra de Dios invocando la presencia del Espíritu Santo, cantando: ………………………………………

& Lectura de la profecía de Malaquías 3, 1-4

M: En la primera lectura de Malaquías, nos dice que la búsqueda de Dios requiere de una profunda actitud de humildad y realismo, sobre lo que somos y hacemos. Escuchemos.

& Salmo Responsorial: Sal 23:

M: En respuesta al anuncio profético, el salmo 23 expresa que el Señor es el rey de la gloria. Participamos de esta oración, aclamando: “El Rey de la gloria es el Señor de los ejércitos”     

& Lectura de la carta a los Hebreos 2, 14-18

M: En la segunda lectura, Pablo nos recuerda que el sentido de nuestra vida está en Dios y no en nuestras categorías humanas que discriminan, marginan y distancian. Escuchemos.

& Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1,1-4; 4,14-21

M: En nuestra vida cristiana no basta sólo con cumplir los rituales, normas y preceptos. Es bueno y sano abrazar a Jesús como lo hizo Simeón. Su esperanza se vio realizada.

Aclamación del Santo Evangelio: (El monitor invita a ponerse de pie para acoger la proclamación del Santo Evangelio cantando aleluya)

Aleluya, aleluya. “Luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel”. R. Aleluya. 

 

HOMILIA: (sacerdote)

CREDO: (sacerdote) Nos ponemos de pie para profesar nuestra fe rezando el Credo.

ORACIÓN DE LOS FIELES: A cada invocación respondemos: ¡Señor, que irradiemos tu luz a todos los pueblos!

 

§  Por el Papa, los obispos, sacerdotes, consagrados y todo el pueblo fiel; para que presenten diariamente a los demás a Cristo; con gozo, fe y esperanza. Oremos.

§  Por la paz mundial, para que todos los gobernantes sepan discernir el bien común y sepan llegar a buenos acuerdos. Oremos.

§  Por las autoridades de todas las naciones; para que atiendan a todas las necesidades de sus pueblos con urgencia. Oremos.

§  Por todas las familias; para que en la educación de sus hijos se dejen guiar por la fe, haciendo de los jóvenes constructores de un mundo más humano y justo. Oremos.

§  Por los niños, los débiles y los pobres de nuestra comunidad; para que seamos conscientes de que ellos son los favoritos del Señor y vayamos con prontitud a brindarles nuestro apoyo. Oremos.

§  Por nosotros aquí reunidos como comunidad parroquial; para que seamos testigos de la luz que Jesús nos da y la reflejemos en el mundo. Oremos.

LITURGIA EUCARÍSTICA

COLECTA:

M: Jesús, nos invita acercarnos al altar para poner en sus manos nuestra vida y la vida de nuestra familia, así como nuestro aporte económico voluntario para la vida pastoral de nuestra parroquia; pero, antes recemos juntos la oración de colecta.

 

Recibe Señor mi ofrenda, no es una limosna porque no eres un mendigo, no es un aporte porque no lo necesitas, no es el resto que me sobra que te ofrezco, este monto representa Señor, mi reconocimiento, mi amor, pues si lo tengo, es porque tú me lo diste. Amén.

Acompañamos la colecta cantando: ……………………..……………….

OFRENDAS:

M: Cristo, estuvo presente en su Palabra. Pronto lo estará también en la Eucaristía. Junto al pan y el vino presentemos nuestro propósito de contribuir generosamente en la construcción del Reino.

 

(Si hubiese ofrendas)

-       Cirios: Simbolizan la luz de Cristo, el nacimiento de una nueva vida.

-       Hostias y Vino: Representan el milagro de nuestra fe, que serán transformados en el Cuerpo y en la sangre de Cristo.

-       Pan y Uvas: Simbolizan el fruto del trabajo del hombre y la fortaleza del corazón para anunciar la Palabra.

-       Flores: Expresión de gratitud, ternura, dulzura y amor hacia a María.

 

Acompañamos la presentación y preparación de ofrendas cantando: ………………….................

SANTO: ……………………………………………………………

PAZ- CORDERO: …………………………………………………

COMUNIÓN:

M: Hermanos: Jesús, que es nuestro Salvador y nuestra luz, nos fortalece para vivir y ser testigos de su evangelio. Con alegría acerquémonos a recibir el Pan de Vida. Acompañamos la comunión cantando: ……………………………

ACCIÓN DE GRACIAS:

M: Después de la comunión el coro puede entonar una canción de acción de gracias o se puede rezar la oración Alma de Cristo.

Alma de Cristo

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh, buen Jesús!, óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me aparte de Ti.

Del maligno enemigo, defiéndeme.

En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir a Ti.

Para que con tus santos te alabe.

Por los siglos de los siglos. Amén.

AVISOS COMUNITARIOS: (Se anuncian si los hay)

DESPEDIDA:

M: Hermanos: Con el gozo de reconocer siempre a Cristo como nuestro Salvador y confesarlo a través de nuestras buenas obras frente a los demás. Regresemos a nuestros hogares y comunidades zonales a poner en práctica el mensaje del evangelio de hoy. Nos despedimos cantando…………………

HOJA DE LECTURAS

 

& Lectura de la profecía de Malaquías 3, 1-4

 

“Así dice el Señor: “Miren, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. En seguida entrará en el santuario el Señor a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza que ustedes desean. Ya llega –dice el Señor de los ejércitos-. ¿Quién podrá resistir el día de su venida? ¿Quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavadero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda conforme a la justicia. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos”. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

& Salmo responsorial: Sal 23

R. “El Rey de la gloria es el Señor de los ejércitos”

§  ¡Puertas, levanten sus dinteles, levántense, puertas eternas, para que entre el rey de la gloria! / R.

§  ¿Y quién es ese rey de la gloria? Es el Señor, el fuerte, el poderoso, el Señor poderoso en los combates. / R.

§  ¡Puertas, levanten sus dinteles, levántense, puertas eternas, para que entre el rey de la gloria! / R.

§  ¿Y quién es ese rey de la gloria? El rey de la gloria es el Señor de los ejércitos. / R.

& Lectura de la carta a los Hebreos 2, 14-18

“Hermanos: Ya que los hijos tienen una misma sangre y una misma carne, Jesús también debía participar de esa condición, para reducir a la impotencia, mediante su muerte, a aquel que tenía el dominio de la muerte, es decir, el demonio, y liberar de este modo a todos los que vivían completamente esclavizados por el temor de la muerte. Porque él no vino para socorrer a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham. En consecuencia, debió hacerse semejante en todo a sus hermanos, para llegar a ser un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel en el servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo. Y por haber experimentado personalmente la prueba y el sufrimiento, él puede ayudar a aquellos que están sometidos a la prueba”. Palabra de Dios. R. te alabamos, Señor.

& Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 22-40

“Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: “Todo primogénito varón será consagrado al Señor”, y para ofrecer en sacrificio, como dice la ley del Señor: “un par de tórtolas o dos pichones”. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando sus padres entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo de Israel”. Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María su madre: “Mira, este niño está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como un signo de contradicción y a ti una espada te traspasará el alma. Así quedarán al descubierto las intenciones de muchos corazones”. También había una profetisa, llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que ordenaba la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él”. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

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