MONICIÓN DE ENTRADA:
Hermanos, buenos días: Toda vida cristiana es una
cuaresma. Atravesar el desierto de las dificultades y tentaciones no es
sencillo. La semana pasada vimos que la vida es una prueba para nuestras
convicciones y nuestra fe.
En este segundo domingo de Cuaresma la Iglesia nos alienta a seguir caminando, mostrándonos la transfiguración de Jesús, su gloria, a la que todos somos llamados.
Y con la alegría de haber sido convocados a celebrar el día del Señor. Nos ponemos de pie y uniendo nuestros corazones y nuestras voces iniciamos la celebración eucarística cantando: ………………………………..
COLGADO DE CINTAS EN LA CRUZ:
M: Se invita al representante del grupo de adoración al Santísimo, para que coloque en la cruz una cinta de color rojo con la frase “Comodidad y falta de fe” que indican nuestras resistencias o amenazas y otra cinta de color verde con la frase “Escuchar y seguir a Jesús” que indican las actitudes que debemos practicar esta semana.
ACTO PENITENCIAL Si
el sacerdote invita a rezar el Yo pecador; el coro entona después
el canto de Ten Piedad; Sino no es así, después de cada intención que lee el monitor, el coro canta, ten
piedad)
· Tú, que has puesto la salvación del género humano en el árbol de cruz; Señor, ten piedad.
· Tú,
que, padeciste por nosotros para que sigamos tus huellas; Cristo, ten piedad.
· Tú,
que, cargando con nuestros pecados, subiste al leño para que nosotros, muertos
al pecado, vivamos en la justicia; Señor,
ten piedad.
GLORIA: NO SE DICE
LITURGIA DE LA PALABRA
ENTRONIZACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS:
M: Permaneciendo de pie, con actitud humilde nos
disponemos para escuchar y acoger en nuestro corazón el mensaje que Dios nos
quiere transmitir a través de su Palabra. Acogemos la Palabra de Dios invocando
la presencia del Espíritu Santo, cantando: ………………………………………
& Lectura del libro del Génesis 15, 5-12.17-18
M: En la primera lectura, el libro de Génesis nos
remonta a la vocación de Abrahán, padre en la fe de todos los creyentes en el
Dios vivo y verdadero, y con él nos hace un llamado a ponernos en camino,
asumiendo el riesgo de la fe. Escuchemos.
& Salmo Responsorial: Sal 26
M: El salmo 26 nos invita a
expresar nuestra confianza inalterable en el Señor. Participamos de esta
oración, aclamando juntos: “El
Señor es mi luz y mi salvación”
& Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 17-4,1
M: En la
segunda lectura, san Pablo en la carta a los Filipenses confirma que Jesús
transformará nuestros cuerpos haciéndolos semejantes a su cuerpo glorioso. Escuchemos.
& Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9,28b-36
M: La verdadera gloria de Jesús
viene de Dios, donde en medio del silencio resuena la palabra del Padre: “Este
es mi Hijo elegido; escúchenlo”
Aclamación del Santo Evangelio: (El monitor invita a ponerse de pie para acoger la proclamación del Santo Evangelio)
“En el
esplendor de la nube se oyó la voz del Padre: “Éste es mi Hijo, el amado;
escúchenlo”.
HOMILIA: (sacerdote)
CREDO: (sacerdote) Nos ponemos de pie para profesar nuestra fe rezando el Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES: A cada invocación respondemos:
Danos fuerza para cargar la cruz.
· Por la Iglesia; para que con la ayuda del Espíritu
Santo nos enseñe a mostrar con verdad la Palabra del Señor a todo el mundo y en
todas las circunstancias. Oremos.
· Por el Papa Francisco;
para que siga guiando a la Iglesia con fortaleza y pasos seguros, para que
reconozcamos el verdadero rostro de Cristo en los hermanos, en especial, entre
los más pobres. Oremos
· Por todos los países de la tierra; para que puedan
gozar de leyes justas y una convivencia pacífica entre ellos. Oremos.
· Por todos los pueblos del mundo; para que poco a
poco y unidos reparemos nuestro mundo que Dios nos ha dado como nuestro hogar,
nuestra casa común. Oremos.
· Por los consagrados; para que, en la contemplación
de Cristo, Salvador y Maestro, encuentren el sentido de su misión apostólica; y
sepan conducir también a los demás por los caminos del espíritu. Oremos.
· Por todos aquellos que cargan con su cruz en esta
vida, enfermedad, angustia, pobreza; para que, tomen el yugo suave que Cristo,
con su Iglesia les propone en este tiempo de cuaresma. Oremos.
· Por nosotros aquí reunidos en torno al Altar del
Señor; para que al celebrar estos misterios nos haga buscar con más ahínco los
bienes de allá arriba. Oremos.
LITURGIA EUCARÍSTICA
COLECTA:
M: Jesús, nos invita acercarnos al altar para poner en
sus manos nuestra vida y la vida de nuestra familia, así como nuestro aporte
económico voluntario para la vida pastoral de nuestra parroquia; pero, antes
recemos juntos la oración de colecta.
Recibe Señor mi ofrenda,
no es una limosna porque no eres un mendigo, no es un aporte porque no lo
necesitas, no es el resto que me sobra que te ofrezco, este monto representa
Señor, mi reconocimiento, mi amor, pues si lo tengo, es porque tú me lo diste.
Amén.
Acompañamos la colecta cantando: ……………………..……………….
OFRENDAS:
M: Cristo,
muerto y resucitado para nuestra salvación, es nuestra gran ofrenda al Padre.
Unidos a él llevemos al altar el propósito de aprovechar este tiempo para
aumentar nuestra oración.
(Si hubiese ofrendas)
-
Cirios: Simbolizan la luz de Cristo, el nacimiento de
una nueva vida.
-
Hostias y Vino: Representan el milagro de nuestra fe, que
serán transformados en el Cuerpo y en la sangre de Cristo.
-
Pan y Uvas: Simbolizan el fruto del trabajo del hombre y
la fortaleza del corazón para anunciar la Palabra.
- Flores: Expresión de gratitud, ternura, dulzura y amor hacia a María.
Acompañamos la
presentación y preparación de ofrendas cantando: ………………….................
SANTO: ……………………………………………………………
PAZ- CORDERO: …………………………………………………
COMUNIÓN:
M: Hermanos: Recibiendo el Cuerpo y la Sangre de
Cristo renovamos nuestras fuerzas para seguir peregrinando por esta
Cuaresma. Con una fe renovada y
en gracia de Dios, acerquémonos a recibir
el Pan de Vida. Acompañamos la comunión cantando:
…………………………….……
ACCIÓN DE GRACIAS:
M: Después de la comunión el coro puede entonar una canción de acción de gracias o se puede rezar la oración Alma de Cristo.
Alma de Cristo
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén.
AVISOS COMUNITARIOS: (Se anuncian si los hay)
LEMA DIOCESANO 2025: Antes de despedirnos, vamos a corear nuestro lema diocesano: “Peregrinos de esperanza, testigos de la fe”
DESPEDIDA:
M: Hermanos: Con la luz de la Palabra que hoy hemos
escuchado, y la fuerza del Cuerpo y la Sangre de Cristo, que hoy hemos
recibido, regresemos a nuestras comunidades
zonales y hogares a hacer un mundo
nuevo y una historia distinta. Nos despedimos cantando………………………………...
HOJA DE LECTURAS
& Lectura del libro del Génesis 15,
5-12.17-18
“En aquellos días, Dios sacó afuera a Abrán y le dijo: “Mira al cielo; y cuenta las estrellas, si puedes contarlas”. Y añadió: “Así será tu descendencia”. Abrán creyó al Señor y se le contó como justicia. Después le dijo: “Yo soy el Señor, que te saqué de Ur de los Caldeos, para darte en posesión esta tierra”. Él replicó: “Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?” Respondió el Señor: “Tráeme una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón”. Él los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no descuartizó a las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres, y Abrán los espantaba. Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán, y un terror intenso y oscuro cayó sobre él. El sol se puso, y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados. Aquel día el Señor concretizó alianza con Abrán en estos términos: “A tu descendencia le daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río Éufrates” Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
& Salmo responsorial: Sal 26
R. “El Señor es mi luz y mi salvación”
§ El
Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi
vida, ¿quién me hará temblar? / R.
§ Escúchame,
Señor, que te llamo; ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón: “Busquen mi
rostro” Tu rostro buscaré, Señor/ R.
§ No
me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio;
no me deseches. / R.
§ Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. / R.
& Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 17-4,1
“Hermanos: Sean imitadores míos,
y fíjense en los que andan según el modelo que tienen en nosotros. Porque, como
les decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos- hay muchos
que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su
Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas; sólo aspiran a cosas terrenas.
Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un
Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el
modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo.
Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manténganse
así, en el Señor, queridos”. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
& Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 28-36
“En el aquel tiempo, tomó Jesús
tomó a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte, para orar. Y,
mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor.
De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que,
apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en
Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; pero se espabilaron y
vieron su gloria y a dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban
de él, dijo Pedro a Jesús: “Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos
tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. No sabía lo que
decía. Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con
su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube
decía: “Éste es mi Hijo, el Elegido; escúchenlo”. Después de oírse la voz, se
encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron
a nadie nada de lo que habían visto.” Palabra del señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
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