viernes, 22 de agosto de 2025

DOMINGO III DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO C – (26-01-2025)

MONICIÓN DE ENTRADA:

Hermanos, buenos días: El modo más común de comunicarnos entre nosotros es la palabra. Dios para relacionarse con nosotros eligió el mismo camino. Los judíos aprendían a escuchar la Palabra de Dios en la sinagoga: en comunidad veneraban la Escritura.

En este tercer domingo del tiempo ordinario, la Iglesia nos invita a valorar la Palabra de Dios contenida en la Biblia, y la Palabra eterna de Dios que se hizo carne en Jesucristo.

Nos ponemos de pie y uniendo nuestros corazones y nuestras voces iniciamos la celebración eucarística cantando: ………………………………..

ACTO PENITENCIAL Si el sacerdote invita a rezar el Yo pecador; el coro entona después el canto de Ten Piedad; Sino no es así, después de cada intención que lee el monitor, el coro canta, ten piedad)

·      ¿A quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; Señor, ten piedad.

·      El que escucha tus palabras no verá jamás la muerte; Cristo, ten piedad.

·      Dichosos los que escuchan tu palabra y la ponen en práctica; Señor, ten piedad.

 

GLORIA:

M: Con alegría, fe, esperanza y sobre todo con amor, glorifiquemos a la Santísima Trinidad: Dios Padre Hijo y Espíritu Santo. Entonando juntos el Himno del Gloria.

LITURGIA DE LA PALABRA

ENTRONIZACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS:

M: Permaneciendo de pie, con actitud humilde nos disponemos para escuchar y acoger en nuestro corazón el mensaje que Dios nos quiere transmitir a través de su Palabra. Acogemos la Palabra de Dios invocando la presencia del Espíritu Santo, cantando: …………………………………..

& Lectura: del libro de Nehemías 8,2-4a.5-6.8-10

M: En la primera lectura, Nehemías nos invita a participar de la experiencia de escuchar la Palabra de Dios, como lo hacia el pueblo judío, con veneración y alegría. Escuchemos.

& Salmo Responsorial: Sal 18:

M: Como un eco de esta actitud, el salmo 95 exalta la Palabra de Dios y sus preceptos que alegran el corazón. Participamos de esta oración, aclamando: “Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.”   

& Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 12-30

M: En la segunda lectura, San Pablo a los corintios enseña que cada bautizado, con sus propios dones, talentos y carismas, es miembro del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. Escuchemos.

& Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1,1-4; 4,14-21

M: Jesús movido el Espíritu pronuncia su primera predicación ratificando su identidad y su misión.

Aclamación del Santo Evangelio: (El monitor invita a ponerse de pie para acoger la proclamación del Santo Evangelio cantando aleluya)

Aleluya, aleluya. “El Señor me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad”. R. Aleluya.  

HOMILIA: (sacerdote)

CREDO: (sacerdote) Nos ponemos de pie para profesar nuestra fe rezando el Credo.

ORACIÓN DE LOS FIELES: A cada invocación respondemos: Que tu Palabra alegre nuestro corazón. 

 

·      Por la Iglesia; el Papa, los obispos, sacerdotes y diáconos, para que siempre su enseñanza se base en la libertad del hombre, en la solidaridad hacia los más débiles y el amor que Cristo nos enseñó. Oremos.

·      Por los gobernantes de los países en el mundo, para que respeten la libertad y los derechos de todos sus habitantes y trabajen a favor de establecer el bien común, la justicia y la paz. Oremos.

·      Por quienes escuchan la Palabra de Dios, para que sean capaces de descubrir al que es recibido por los pobres como Buena Noticia, por los ciegos como luz, por los oprimidos, como libertad y como el consuelo de los afligidos. Oremos.

·      Por nuestra parroquia; para que podamos cultivar la acogida, brindar hospitalidad y fomentar la participación de todas las personas. Oremos.

·      Por nosotros aquí reunidos en torno al altar del Señor, para que cada día tengamos más hambre de Dios y sepamos compartir lo aprendido con nuestras familias y hermanos. Oremos.

LITURGIA EUCARÍSTICA

COLECTA:

M: Jesús, nos invita acercarnos al altar para poner en sus manos nuestra vida y la vida de nuestra familia, así como nuestro aporte económico voluntario para la vida pastoral de nuestra parroquia; pero, antes recemos juntos la oración de colecta.

 

Recibe Señor mi ofrenda, no es una limosna porque no eres un mendigo, no es un aporte porque no lo necesitas, no es el resto que me sobra que te ofrezco, este monto representa Señor, mi reconocimiento, mi amor, pues si lo tengo, es porque tú me lo diste. Amén.

Acompañamos la colecta cantando: ……………………..……………….

OFRENDAS:

M: Cristo, estuvo presente en su Palabra. Pronto lo estará también en la Eucaristía. Junto al pan y el vino, presentamos los gozos y las fatigas de cada día.

 

(Si hubiese ofrendas)

-       Cirios: Simbolizan la luz de Cristo, el nacimiento de una nueva vida.

-       Hostias y Vino: Representan el milagro de nuestra fe, que serán transformados en el Cuerpo y en la sangre de Cristo.

-       Pan y Uvas: Simbolizan el fruto del trabajo del hombre y la fortaleza del corazón para anunciar la Palabra.

-       Flores: Expresión de gratitud, ternura, dulzura y amor hacia a María.

 

Acompañamos la presentación y preparación de ofrendas cantando: ………………….................

SANTO: ……………………………………………………………

PAZ- CORDERO: …………………………………………………

COMUNIÓN:

M: Hermanos: Hemos comulgado con la Palabra de Dios. Hagámoslo ahora en la mesa de la Eucaristía que sella el don de Dios y nuestro compromiso comunitario. Con alegría, acerquémonos a recibir el Pan de Vida. Acompañamos la comunión cantando: ……………………………

ACCIÓN DE GRACIAS:

M: Después de la comunión el coro puede entonar una canción de acción de gracias o se puede rezar la oración Alma de Cristo.

Alma de Cristo

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh, buen Jesús!, óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me aparte de Ti.

Del maligno enemigo, defiéndeme.

En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir a Ti.

Para que con tus santos te alabe.

Por los siglos de los siglos. Amén.

AVISOS COMUNITARIOS: (Se anuncian si los hay)

LEMA DIOCESANO 2024: Antes de despedirnos, vamos a corear nuestro lema diocesano: Acogiendo al prójimo, practicamos la fraternidad

DESPEDIDA:

M: Hermanos: La Palabra de Dios alegra nuestro corazón y fortalece nuestro compromiso, regresemos pues a nuestros hogares y comunidades zonales a compartir esta Buena Nueva que es Jesucristo. Nos despedimos cantando…………………

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

HOJA DE LECTURAS

 

& Lectura del libro de Nehemías 8, 2-4a.5-6.8-10

“En aquellos días, el primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras trajo el libro de la ley ante la comunidad: hombres, mujeres y cuántos tenían uso de razón. Leyó el libro en la plaza que está delante de la Puerta del Agua, desde la mañana hasta el mediodía, ante los hombres, las mujeres y los que tenían uso de razón. Todo el pueblo escuchaba con atención la lectura del libro de la ley. El escriba Esdras se puso en pie sobre la tribuna de madera levantada para la ocasión. Esdras abrió el libro en presencia de todo el pueblo, de modo que toda la multitud podía verlo; al abrirlo, el pueblo entero se puso de pie. Esdras bendijo al Señor, el Dios grande, y todo el pueblo respondió con las manos levantadas: “Amén, amén”. Luego se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra. Los levitas leyeron el libro de la ley de Dios con claridad y explicando su sentido, de modo que entendieran la lectura. Entonces el gobernador Nehemías, el sacerdote y escriba Esdras, y los levitas que instruían al pueblo dijeron a toda la asamblea: “Este día está consagrado al Señor, su Dios. No estén tristes ni lloren” (y es que todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley). Nehemías les dijo: “Vayan, coman buenos manjares y beban buen vino e inviten a los que no tienen nada preparado, pues este día está consagrado al Señor. ¡No se pongan tristes; el gozo del Señor es su fuerza!”. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

& Salmo responsorial: Sal 18

R. “Tus palabras, Señor, son espíritu y vida”.

§  La Ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. / R.

§  Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. / R.

§  La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. / R.

§  Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón, Señor, roca mía, redentor mío. / R.

& Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 12-30 

“Hermanos: Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo. Si el pie dijera: “No soy mano, luego no formo parte del cuerpo”, ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el oído dijera: “No soy ojo, luego no formo parte del cuerpo”, ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿cómo oiría? Si el cuerpo entero fuera oído, ¿cómo olería? Pues bien, Dios distribuyó el cuerpo y cada uno de los miembros como él quiso. Si todos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Los miembros son muchos, es verdad, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decir a la mano: “No te necesito” y la cabeza no puede decir a los pies. “No los necesito”. Más aún, los miembros que parecen más débiles son más necesarios. Los que no parecen despreciables, los apreciamos más. Los menos decentes, los tratamos con más decoro. Porque los miembros más decentes no lo necesitan. Ahora bien, Dios organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los que menos valían. Así, no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros. Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un miembro es honrado, todos se felicitan. Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro. Y Dios los ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas: ¿Acaso son todos apóstoles? ¿O todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen todos milagros? ¿Tienen todos, don de curar? ¿Hablan todos en leguas o todos las interpretan?”. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

& Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 1-4; 4, 14-21 

“Ilustre Teófilo: Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he resuelto escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido. En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre m´, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos, a proclamar el año de gracia del Señor”. Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él. Y él comenzó a decirles: “Hoy se ha cumplido esta escritura que acaban de oír”. Palabra del señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

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